
No cambiaste mi vida. Sigo yendo a la misma escuela, sigo frecuentando los mismos lugares (tal vez algunos más), sigo vistiéndome igual y sigo pensando como hace más de un año. Sinceramente no sé si eres el amor de mi vida, apenas tengo veinte. No eres mi príncipe azul (y ni quiero que lo seas), eres lo más perfectamente imperfecto y eso me hace sentir tan común, sin necesidad de aparentar nada porque tú sabes quien soy. Jamás imaginé sentirme así, enamorada ya había estado. Jamás había sonreído tanto en toda mi vida. Jamás me había hartado de alguien de la manera más tierna y tolerante posible. Me hiciste olvidar, me hiciste recordar, me hiciste envolverme en ti y nunca querer despegarme pero con ganas de seguir adelante si eso es lo que necesito. Te amo, no necesito decirte más. El problema es que siempre hay más que decir.
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