Odio el mentirte y sentirme tan culpable por hacerlo, aunque se trate de uno de esos momentos en los que necesito estar sola. No me fui a dormir, discúlpame, ni siquiera tengo sueño. Tenía ganas de leer lo que pensaba hace años y tenía ganas de escribir, escribir mucho. Ahora que acabé no sé que más hacer, lo único que consigo al cerrar los ojos es ver esa estrella que tengo que tomar para avanzar más rápido y ganar la carrera. Lo siento otra vez, mañana te confesaré este secreto y te escucharé decir, como siempre "ay krisna".
Posdata. Te amo mucho :)
La boca del cisne
La boca del cisne son las palabras que nunca pueden ser escuchadas y cosas que a veces pasan por mi mente
sábado, 1 de septiembre de 2012
Hablar de ti me sale bien.
Aquí estoy, después de más de tres años, acostada en mi misma cama escribiendo sobre las mismas cosas, tú.
Sé que te ha ido bien, he tenido que investigar para saber si aún existes. Tu sueño de esa escuela se ha hecho realidad. Felicidades, sinceramente creí que no lo lograrías.
He estado leyendo lo que solía escribir de ti. ¿No crees que era muy linda, romántica e ingenua? Debo confesar que hasta me doy ternura. Pero las cosas ahora son diferentes, ya no me dedico a hablar del dolor, creo que no existe más en mi vida.
La verdad es que estoy perfecta en mi vida entera. Por si te preguntas, soy de los mejores promedios de mi generación, toda mi carrera me gusta (hasta periodismo, ¿puedes creerlo?). Soy muy feliz con un novio que me da justo lo que necesito. He dejado de ser berrinchuda y me he enfocado en buscar el bienestar de ambos y no solo el mío. Al fin tengo amigos más allá de mi novio, mi familia sigue igual pero mejor y al fin conseguí el estilo de vestir que tanto quería que demostrara mi personalidad tan intrigante y a la vez divertida.
Te preguntarás qué hago contándote mi vida, sé que no te interesa mucho porque de ser así tendría muchas noticias tuyas frecuentemente. Resulta que he querido escribir tantas veces y son las mismas en las que he fallado que intenté escribirte, así como en los viejos tiempos en los que te lloraba, te anhelaba y te esperaba. Funcionó, las palabras no dejan de salir, salir y salir.
Espero seas feliz con la decisión que tomaste, yo te agradezco que lo hayas hecho. Tal vez al final de cuentas sí tenías razón con que debíamos tomar caminos distintos y que separarnos nos haría bien.
A veces te extraño, a veces vuelvo a llorar porque no entendí tu decisión y menos el por qué sigues aferrado a una persona cuando eso fue lo que te alejó de mi. Gracias a Dios tengo a alguien que decide no prestarle mucha importancia a mi síndrome pre-menstrual. Creo que esa es mi parte favorita de por qué lo amo tanto.
Ojalá sepa de ti alguna otra vez. Ya sabes, el que me busques, me preguntes cómo estoy y luego desaparezcas entre la multitud de los mensajes privados de Facebook. O mejor aún, el pedir que al fin podamos tener una relación casual de conocidos que en caso de encontrarse, no experimentaran una situación incómoda. Esperaré tu respuesta. Y si de casualidad te dirigías a mi en esa pregunta que hiciste hace un día, déjame contestarla: Aquí estoy, te escucho.
Sé que te ha ido bien, he tenido que investigar para saber si aún existes. Tu sueño de esa escuela se ha hecho realidad. Felicidades, sinceramente creí que no lo lograrías.
He estado leyendo lo que solía escribir de ti. ¿No crees que era muy linda, romántica e ingenua? Debo confesar que hasta me doy ternura. Pero las cosas ahora son diferentes, ya no me dedico a hablar del dolor, creo que no existe más en mi vida.
La verdad es que estoy perfecta en mi vida entera. Por si te preguntas, soy de los mejores promedios de mi generación, toda mi carrera me gusta (hasta periodismo, ¿puedes creerlo?). Soy muy feliz con un novio que me da justo lo que necesito. He dejado de ser berrinchuda y me he enfocado en buscar el bienestar de ambos y no solo el mío. Al fin tengo amigos más allá de mi novio, mi familia sigue igual pero mejor y al fin conseguí el estilo de vestir que tanto quería que demostrara mi personalidad tan intrigante y a la vez divertida.
Te preguntarás qué hago contándote mi vida, sé que no te interesa mucho porque de ser así tendría muchas noticias tuyas frecuentemente. Resulta que he querido escribir tantas veces y son las mismas en las que he fallado que intenté escribirte, así como en los viejos tiempos en los que te lloraba, te anhelaba y te esperaba. Funcionó, las palabras no dejan de salir, salir y salir.
Espero seas feliz con la decisión que tomaste, yo te agradezco que lo hayas hecho. Tal vez al final de cuentas sí tenías razón con que debíamos tomar caminos distintos y que separarnos nos haría bien.
A veces te extraño, a veces vuelvo a llorar porque no entendí tu decisión y menos el por qué sigues aferrado a una persona cuando eso fue lo que te alejó de mi. Gracias a Dios tengo a alguien que decide no prestarle mucha importancia a mi síndrome pre-menstrual. Creo que esa es mi parte favorita de por qué lo amo tanto.
Ojalá sepa de ti alguna otra vez. Ya sabes, el que me busques, me preguntes cómo estoy y luego desaparezcas entre la multitud de los mensajes privados de Facebook. O mejor aún, el pedir que al fin podamos tener una relación casual de conocidos que en caso de encontrarse, no experimentaran una situación incómoda. Esperaré tu respuesta. Y si de casualidad te dirigías a mi en esa pregunta que hiciste hace un día, déjame contestarla: Aquí estoy, te escucho.
miércoles, 11 de enero de 2012
lunes, 5 de diciembre de 2011

No cambiaste mi vida. Sigo yendo a la misma escuela, sigo frecuentando los mismos lugares (tal vez algunos más), sigo vistiéndome igual y sigo pensando como hace más de un año. Sinceramente no sé si eres el amor de mi vida, apenas tengo veinte. No eres mi príncipe azul (y ni quiero que lo seas), eres lo más perfectamente imperfecto y eso me hace sentir tan común, sin necesidad de aparentar nada porque tú sabes quien soy. Jamás imaginé sentirme así, enamorada ya había estado. Jamás había sonreído tanto en toda mi vida. Jamás me había hartado de alguien de la manera más tierna y tolerante posible. Me hiciste olvidar, me hiciste recordar, me hiciste envolverme en ti y nunca querer despegarme pero con ganas de seguir adelante si eso es lo que necesito. Te amo, no necesito decirte más. El problema es que siempre hay más que decir.
viernes, 29 de abril de 2011
No sé hablar de ti
Descubrí que al hablar de cosas tristes es muy fácil expresarme pero ahora que soy feliz.. ¿Qué puedo decir?
Disculpa si no sé hablar de ti, he justificado mi problema. No sé decir nada acerca de ti y lo feliz que me haces sentir en cualquier momento y cualquier lugar. No encuentro las palabras exactas para decirte que me encanta gritar tu nombre al hablarte tratando de gritarle al mundo que eres tú el que me atrapó.
No sé decir que al despertarme pienso en ti y en todo lo que quiero hacer en el día, que al momento de abrir los ojos quiero organizar cada segundo contigo para aprovechar al máximo el tiempo que estamos juntos.
Podría hacer un libro completo diciendo la manera en la que tus ojos se convirtieron en un profundo océano con el azul más perfecto que pudiera existir, que me brindan paz y felicidad cada vez que se me atraviesan. Pero no puedo. Bueno, claro que puedo pero nunca es suficiente para realmente poder expresar lo bien que se siente.
No sé hablar de tus locuras, de tus risas, de lo que me has enseñado con sólo una mirada, menos podría hacerlo con una sonrisa.
No puedo ni siquiera explicar la sensación de bienestar y seguridad al acostarme en tu pecho como tanto te gusta.
¿Tus manos? ¿Cómo podría? Es imposible describir la manera perfecta en la que rozas mi piel con tanta fragilidad para no lastimarme.
Inclusive ahora que estoy escribiendo me detengo a pensar cómo explicar cada cosa y me quedo perdida en el recuerdo.
Me encantan tus chistes, tus juegos, tu arte, pero ¿qué hago?¿sólo te lo digo y arruino toda la perfección que existe por no poder decirte exactamente lo que me pasa cuando inventas un nuevo gesto para hacerme reir?. ¿Qué te digo? me has cautivado por completo.
Espera, no he tratado de explicar un abrazo tuyo al momento de dormir. No, ni siquiera lo intento, no me voy a acercar.
Cuánto me escuchas, todo el tiempo lo haces, inclusive cuando te leo algún anuncio en la calle o cuando te repito una y otra vez cosas que vivimos juntos como si tu no hubieras estado presente.
Quisiera darte más, palabras que sí digan la verdad, estas sólo hacen su mayor esfuerzo para explicarte que me pasa cuando estoy contigo o pienso en ti pero siempre fallo, nunca diré la verdad absoluta; tengo suerte de que ella no exista en ningún sentido.
Siento inconcluso este escrito pero supongo que deberé acostumbrarme a la idea de que nunca más seré infeliz y que en algún momento tendré que hablar de mi felicidad si quiero seguir hablando. También supongo que cada vez se me hará más fácil y diré más cosas, por ahora me iré a descansar o tal vez te llamaré para contarte que acabé, aún no decido.
Por favor, disculpa si no sé hablar de ti, pero lo he explicado al principio, te amo y no existen palabras para expresar en este mundo lo que siento cuando amo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)